[Curiosidad del mes de junio: la Batalla de Flores]



Probablemente, uno de los actos más coloridos, sociales y divertidos de la Feria de Julio de Valencia. Tiene por tradición celebrarse el último domingo del mes de julio en el Paseo de la Alameda de la capital del Turia, siempre al atardecer.






Pero, ¿desde cuándo se celebra y por qué? En esta fiesta intervienen los representantes y la reina dels Jocs Florals, diferentes asociaciones culturales y entidades valencianas, la Bellea del Foc, la Reina de la Magdalena, la Reina de la Poesía, falleras mayores de diferentes agrupaciones de fallas de Valencia, así como las Falleras Mayores de Valencia del pasado año y sus Cortes de Honor, además de todas las preseleccionadas que optan a ser las máximas representantes de las Fallas de Valencia del siguiente año.

El desfile se realiza a caballo, en calesas y también en impresionantes carrozas, que compiten entre ellas, realizadas y decoradas por artistas falleros y floristas con otros tantos millones de flores y  diseños temáticos, que llenan de color y fiesta la Batalla de Flores. 

Eso sí, y aunque todo el mundo puede participar de este acto, el recinto está acotado, por motivos de aforo, seguridad y limitación de las flores que se lanzan. La víspera de la Batalla podéis pasar por la Ciudad del Artista fallero donde los talleres están abiertos y se puede ver como trabajan en la preparación de las carrozas y disfrutar de una noche de música y 'germanor'.




Para poder acceder al recinto, basta con tener un 'palco', que cada año se convierte en una pequeña acampada frente a las taquillas de los Jardines de Viveros, para poder acceder a uno de estos lugares en mejor posición. En los últimos años también se ha podido acceder a la compra de palcos a través de la red.  El precio del palco es de 30 euros para 6 personas que pueden entrar en él, e incluye varios cestas de claveles para poder lanzarlos a las carrozas de la Feria de Julio de Valencia.

Sin duda, un perfecto punto final para una fiesta que se convierte en una guerra pacífica sin más trincheras que docenas de raquetas, que también sirven de arma para poder arrojar las toneladas de claveles con los que, finalmente, adornar el Paseo de la Alameda, que se torna naranja y amarillo cada año, en una alfombra sin igual.




Sus orígenes datan del siglo XIX, ya que en 1871 el Ayuntamiento de Valencia propuso celebrar una feria anual y una exposición de toda clase de productos, dado que durante este mes, tradicionalmente, Valencia se quedaba sin ofertas lúdicas y los vecinos se alejaban a otros lugares para librarse del calor. Eso sí, no fue hasta 20 años más tarde, en 1891.

Es, de manera oficial, la batalla floral más antigua de España. Nace como un homenaje a la huerta valenciana,  homenaje colorido y aromático que iniciaron las familias más burguesas y adineradas de Valencia para lucirse de forma ostentosa y celebrar, quitándose de todo protocolo, la llegada del verano. Toda una locura floral en la que se mueven por el aire más de un millón de clavelones (en su mayoría naranjas, amarillos y rojos) que, durante poco más de media hora, se  lanzan unos a otros.